viernes, 30 de diciembre de 2011

En calidad de mujer



Mírame.
O mejor, cierra los ojos y oye mi voz.
Sitúame en la historia, en tu historia,
sin más etiquetas que la palabra,
sin adjetivos que adornen mi verdad.
Siénteme desde la raíz en tu centro,
recorre la geografía de mis pensamientos
sin que te importe el envoltorio.
Soy tu igual desde el desaliento a la lucha,
desde la rabia hasta la sonrisa,
soy savia en el tronco del deber,
fruto y surco donde germina la vida.
Mi alma está hecha de banderas sin patria.
Mi voluntad es como un junco; firme, pero a merced de la libertad.
La piel de los siglos se resquebraja y ya no hay barreras,
ahora busco tu mano para construir juntos el presente,
quiero caminar con tus pasos, no detrás de ellos.
Una compañera, continuidad de ti mismo, no tu sombra.
Me grita la vida que no me detenga,
que no pida permiso.
En el vaso de la intolerancia no cabe ni una lágrima más
para borrar la sed de aquellos que niegan mis derechos.
Y ahora si… abre los ojos, mírame, reconóceme,
que por hoy solo vengo….en calidad de MUJER.

martes, 27 de diciembre de 2011

Ajeno



Te vas, como la pátina del asfalto bajo el aguacero.
Cambiante al bruno,
sólo pareces otro.
Calas igual de hondo desdibujándome
y ya no se qué arco iris mora en mis harapos.
Borrado, impreciso, ajeno…
Te diluyes en los charcos del tiempo.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Relato de jueves: "Cuento de Navidad"




Los pastores de mi belén de barro, asumiendo la vigilia a la espera del alumbramiento, cuentan las estrellas que se descuelgan de un cielo de papel arrugado.
Nunca se agota el agua del pozo de cartón donde las aguadoras llenan los cántaros. Los patos se zambullen en un rio de engañosa plata. Los peces no beben, ni los camellos cruzan los puentes porque la intermitencia de las luces los espanta.
Los pastores de mi belén de barro tienen rebaños cojos y se reparten los caminos de serrín, las palmeras y el musgo.
Sobre las montañas de corcho se tambalean molinos, castillos y tenderetes.
Sin delimitar territorio, los gallos y los ángeles anunciadores se colocan en las alturas guardando el equilibrio entre el lentisco y el romero.
Los pastores de mi belén de barro sufren la nieve en pleno desierto, se mezclan con las lavanderas, los artesanos, los burros cargados de leña y con los sin papeles que trae de escolta un tal Baltasar, que junto con otros dos visionarios venidos de oriente, se disputan la ruta que marca con chispitas de luz, una estrella con cola.
Las campanas de las torres y las torres sin campanas de los minaretes se arremolinan en torno al establo donde dicen que vendrá un dia de estos el Hijo de Dios. Mientras eso sucede, se llena de paja el pesebre, la misma paja de cada año porque ni el buey ni a la mula comen.
Los pastores de mi belén de barro tañen mudas zambombas al mismo ritmo que marcan el sístole y el diástole de mi corazón de niño.
Alegría intermitente azul, rojo, amarillo, verde…
Feliz Navidad 2011, feliz Nuevo Año 2012 … Ojalá cambie algo más que el color de la tinta.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Elegía




Hoy es mi alma un campo arado
donde los “espurgagüeyes” esculcan los gusanos de la tristeza
para matar tu ausencia.
Ahítos, no levantarán el vuelo,
tal como mi dolor, a ras del suelo que te cubre.
Arada la pena, abierto el surco para la siembra,
en estas manos que ya no te tocan,
acaricio la semilla huera de tu risa,
y no da más fruto que el silencio.
Suplanto al aguacero con el llanto,
Tantas preguntas sin respuestas
horadando en circular agonía el barranco de mi cabeza.
Tu muerte, pedregal que destroza la azada de mi lengua
para no poder llamarte, amigo del alma,
a voces, a veces.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Relato de jueves: "Mascotas"



Odiando el otoño

Apareciste de repente en mi puerta sin cerrojos. Me observaste durante horas por las rendijas de sombra y luz de tu mirada y te quedaste, como se queda el amor, sin pedir permiso.
Tú y tu rincón ocupando todos mis rincones.
Yo te dije... o no te dije nada, eso es lo malo. Pero me acostumbré a tu mundo callado, a tu respiración con compás de nana, a tu olor, a tu paso vacilante mientras recorrías la casa como si fueras mi sombra, y a tu indiferencia por los jazmines del patio.
Tú nunca te mirabas en los espejos y yo me miraba demasiado, sin encontrarme.
Compartíamos los cuencos de barro, la manta de lana, la plata de la luna que filtraba la enredadera, la lumbre y la siesta.
Rara vez fui pródiga en caricias, lo confieso. A cambio, Tú ignorabas mis arrebatos de melancolía. No había por qué enfadarse; la balanza de los sentimientos guardaba un absurdo equilibrio.
Llorábamos a solas, estoy segura. Nos dolía el miedo a perdernos. Era un intento trágico de independencia que nos hacía dependientes de la soledad compartida.
Y mi torpe empeño en que te gustaran mis poemas, mi tarta de manzana, o el otoño. ¡Qué insensible, Tú!
Ahora no se si en las tardes sin relojes era yo quien te buscaba para que pusieras barrotes a mi tiempo, o eras Tú, inquilino a deshora el que abría de par en par mis silencios.
Aun antes de oír mi risa eras cómplice de mi alegría, y mi regazo era tu almohada en los momentos tristes.
Hoy el jardín está lleno de hojas amarillas, la fría enredadera invadió mi casa borrando de los muros tu paso por mi vida.
Estoy sin querer odiando, como Tú, el otoño.
Arrincono mi corazón con tus cenizas y cierro la puerta con cerrojos ahora que te has ido.
Habrá quien me pregunte si tanto te quería... ¡Si solo eras un perro!
Un perro... Mi perro llamado Tú.


(Este es uno de los relatos de mi libro "Entre la cal y el tiempo")

lunes, 28 de noviembre de 2011

A mi edad, no puedo parir mas que versos...





"Mi primer garabato fue una necesidad de decir cómo eran las cosas desde dentro.
Descubrí que la soledad es una página en blanco donde conviven la realidad y la fantasía, sin estorbarse.
Escribo para encontrarme.
No tengo prisa"

sábado, 19 de noviembre de 2011




Fue una torpeza el beso… Tú no conocías el cuento.

lunes, 14 de noviembre de 2011

No intentes sujetar al mar



Mientras espero a que el mar llegue,
quiero advertirte,
que dejaré de ser el mapa de tus desvaríos
para entregarme sin condiciones
al destiempo.
Gime la arena apurando la sed,
mis labios y mi silencio se inquietan.
Mientras espero a que el mar llegue,
alargo los vientos que me alojan,
la luz que te oculta, el olvido que nos aleja.
Puntadas de sol en el horizonte,
bordan de azul las horas.
Mientras espero a que el mar llegue a preñarme de futuro,
yo pariré la sal en la latitud de otro sueño.
Mientras el agua me anega, quiero advertirte:
No intentes sujetar al mar.

jueves, 27 de octubre de 2011

Hallo-blog-ween 2011



- No hay silencio-


La última tormenta había removido la tierra y se abrieron grietas al filo de las tumbas. Las regueras turbias bajaban bordeando los cipreses y se estancaban en charcos que lamían los muros del cementerio.
A borbotones salían los gusanos buscando la luz dulzona de la candileja y a golpe de azada, los taponaba el sepulturero como si fueran heridas abiertas.
Supura el aire. Se inquietan los cuervos.
No hay silencio. Los rezos estrujan la noche.
El miedo pudre las flores. Huele a muerto.
La última tormenta me trajo todo el llanto de lo inevitable.

lunes, 24 de octubre de 2011

Voluntad última




Amalgama de aire viciado circunda mi cabeza,
como buitre en el baldío de la noche me despedaza el sueño.
Un pastizal en mi lengua diluye el grito
mientras se estrecha la vida en las aceras.
Tanta costumbre masticando el asfalto,
alienados a la rutina del humo,
tanta sed la que se escapa por las grietas de la memoria
y ese cielo malversado que me cobija.
Torpe pincel de progreso desdibujando la calle,
midiendo los pasos sin futuro,
falsificadores de la luz que ciegan la razón
y se nos muere el tiempo en los relojes.
Respiro la tierra adulterada y me enajena.
Ya no se si amanece desde el agua.
Sólo se que a veces me delata el miedo
y quiero como voluntad última
poder respirar la plata de los álamos.


(Este poema mío ha sido leído por la periodista y escritora Edith Checa, en su intervención como moderadora en la Convención sobre Cambio Climático y Medio Urbano celebrado en Sevilla del 19 al 21 de octubre)

miércoles, 12 de octubre de 2011

Relato de jueves: "Voces"





Alguna vez leí, que las vías del tren, eran como una cicatriz en el paisaje, una herida en el terral, un surco en el tiempo…
La gente que escribe no sabe.
Son las voces. Voces martilleando mi cabeza, dioses de todos los credos gritando al unísono. Voces que me empujan al vértice de la sinrazón. Voces, voces, voces que me habitan, me viven, me mueren.
Hoy la lluvia deja en los hierros una pátina azabache que se alarga hasta perderse allí donde no llegan los consejos.
Ni cicatriz, ni herida, ni surco.
Tumba.
Por fin enmudecen las voces.

jueves, 6 de octubre de 2011

Relato de jueves: "Ídolo"




A mi me gustaba su flequillo, sus ojos redondos que encerraban un mundo y la gorra del revés para que pensaran que iba y no que venía.
Me gustaba el silbido dulce con que llamaba a los galgos, su cazadora de aviador, la sonrisa de sus dedos, los remiendos de su cometa, los hoyitos delatores de la mentira, su cuadernito lleno de tachones y el corazón con mis iniciales escondido en la última hoja…
Veinte años después comprobé que mi ídolo tenía los pies de barro.
Fue un día mientras me dirigía con mi hijo a sus clases en el conservatorio, cuando se nos acercó un hombre de aspecto descuidado, con la mirada perdida, tambaleante por efecto de las drogas. Me pidió dinero para tomar un café y le lleve a un bar cercano donde pudo comer lo que sus fuerzas le permitieron.
Aquello se convirtió en costumbre, me pedía cigarrillos y me seguía insistente hasta conseguir unas monedas. Yo sabía que no era el remedio.
Un día del invierno, empapado y acurrucado entre cartones, casi no acertaba a alargar su mano. Me miró de un modo diferente mientras me decía: ¿no me recuerdas? ¿no sabes quien soy?. Yo sentí miedo. Apreté fuerte la mano de mi hijo y aligeramos el paso hasta perdernos en el edificio de la música.
Como otras muchas veces, aquel pobre hombre huía de la policía que, alertada por los vecinos, venían a mudar sus desdichas al hospital o a la cárcel.
Atónita miré sus ojos redondos donde le había explotado el mundo y se habían borrados los hoyitos delatores de la mentira cuando me dijo: “Yo te he querido siempre” Y mientras se lo llevaban, su gorra del revés me engañaba.
Del cuaderno de su vida llena de tachones, hay que arrancar el corazón con mis iniciales escondido en la última hoja.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Relato de jueves-sábado: "La calle dónde vivo"




Mi calle es más mi calle cuando huele a tierra mojada.
Llueve desde todas las esquinas de las casas blancas. La mía, es como una media luna que se asoma a la plaza y es por eso que la lluvia salpica y agujerea la cal de los umbrales.
Llueve desde la memoria y bajan las regueras llenas de barcos de papel, seguramente hechos de cartas de amor de esas que encierran promesas entre barrotes de tinta y que se disuelven sin cumplir, en remolinos de agua.
Parece un mar teñido, el borde de los charcos.
Huele a tierra mojada en mi calle desnuda de acacias, mi calle empedrada, mi calle y las golondrinas del destiempo custodiando los tejados.
Los brazos de viento se levantan para jugar al silbo en las ventanas. -Ya no, pero de pequeña esa conversación del aire en los quicios, me daba miedo-
Hoy en mi calle, hoy en mi otoño, me parecen más pequeñas las aceras y más tostado el sol que se recuesta en ellas, más sonora la voz del que pregona quincallas y más tenue la charla en los corrillos de los viejos.
La fuente seca, las tres farolas rotas a pedradas, la taberna, el perro cojo en el zaguán, los niños que no saben jugar a las canicas…
En el número seis, María amasa el pan de madrugada y deja migas en la puerta que luego roban los pájaros, Juana, la de la sonrisa en los ojos, vive en el número dos y cada día barre las hojas que caen de la hiedra que abraza sus paredes, Manuel recorre la calle vendiendo leña de jara y de olivo, canturrea y su voz es como el humo, en la casa de abajo viven las dos solteronas, bordan eterno ajuar sentadas en sus sillas de enea…
El resto es gente normal, de esas que el sueldo no les llega a fin de mes, normales solitarios enganchados a Internet, matrimonios normales despedazados por la rutina, adolescentes que se derriten como el chocolate, chiquillos que ensayan la alegría a todas horas…
En el número doce de esta calle y desde mi balcón de sur, te invito a ver pasar la vida.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Relato de jueves: "Describir"

Elegí estas dos imágenes para describir dos "Esperas"





Al otro lado del muro ladran los perros. Un reloj de sol divide la espera en dos mitades: la una, arde en sus sienes en latidos cortos. La otra se apaga en la fuente en gemidos largos.
La sombra áspera del luto hace de la pena una mortaja, hace de la piel un laberinto que ya nadie transita.
Mastica el aire sesenta veces por minuto, no respira, traga ausencias para vomitar soledad por las yemas de los dedos.






La luz -quien lo dijera- dibuja en la pared una cárcel de frío añil.
Pedestal de la espera, corazón piedra y coraza, savia en las venas dónde custodia su nombre, silencio de amante cosido a las entrañas y ésa muerte-melaza de sus manos…
No importa quién liba sus cicatrices ni de quién es el aljibe dónde calma su sed. ¿Qué guadaña segó sus raíces para no pertenecer a más nadie?
Manzanas sin paraíso, invitación al pecado.
Brota una primavera envenenada cada vez que lo recuerda.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Relato de jueves a elegir entre dos temas: "Lo que esconden las palabras" y "Que queda tras la escoba"



Yo os dejo "Lo que esconden las palabras" y una reposición (a propósito de la escoba) que titulo "Amores domésticos" Asi ya estais entretenidos por un rato.



-Lo que esconden las palabras-


Aún le quedaban muchas tarjetas por leer. No tenía intención de envenenarse con las palabras de esos extraños que le juraban amor por esta noche.
Miraba a su alrededor y contemplaba como, por instantes, el aire viciado envolvía el cuarto. Cientos de rosas en el camerino no habían conseguido robarle el corazón, sólo el oxigeno.
Quizás mañana no despertara.
No entendía el lenguaje de las flores ni ellas su soliloquio.
Las entradas estaban agotadas desde hacía meses.
Las críticas en los periódicos decían de su interpretación que era una obra maestra.
Ponía el teatro en pié cuando gritaba la última palabra: ¡SOCORRO!
Decir la verdad fingiendo que era una mentira fue la única forma que tuvo de salvarse.





-Amores domésticos-

Llamarle amor me parece exagerado, pero sería injusto si digo que me es indiferente.
Al fin y al cabo nadie ha compartido mis horas, ni oído mis quejas o mis silencios con más neutralidad que ella.
Nadie tan cercano a mi mano ha sabido permanecer firme a pesar de los cambios de mi piel.
Mañanas extrañas hasta conocernos, hasta entregarnos de parte a parte sin horarios, hasta sentirnos dueñas en territorios olvidados.
Hoy, mientras hacía los trámites, cuando ya creí que sería fácil sustituirla sin el menor asomo de dolor, la empezamos a echar de menos mis rincones y yo, creando un nudo de arraigo exageradamente prieto.
Definitivamente no se que aconsejará el protocolo para estos casos. No, no se que ponerme que haga juego con mis ojeras.
No quiero desentonar para asistir al entierro de…
Mi vieja escoba.

jueves, 11 de agosto de 2011

Relato de jueves: "La playa"






Yo vivía rodeada de grises,
adosada a rutinarias caracolas sin sonido.
Tú te mirabas en el agua queriendo borrarte la vida.
Nos arrastró la corriente y al tiempo….
Nos encontramos en el rojo latir de una estrella imposible.
Tu… yo… y el mar.






martes, 9 de agosto de 2011

Horas de Piedra




Mi poemario "Nana del Agua" ha obtenido un accesit en el XV Certamen de Poesía "Pepa Cantarero". Fue una noche inolvidable en Baños de la Encina, Jaén.
Podría dejaros aqui uno de los poemas que lo conforman, pero me apetece más compartir las letras que expresan los momentos vividos.
Nacho Albert Bordallo fue el ganador, -mejor persona que poeta, que ya es decir- con su poema "Angelus Negro".


Horas de piedra


Aúllan los perros de barro al perfil ceniciento de los olivos,
mientras la luna, rota a dentelladas,
baja conmigo por el Callejón del Cuidado.
La madrugada talla caricias en el alma de los poetas,
sin la urgencia de los versos de un Ángelus Negro.
Alertados por el trasiego de los grillos,
se nos apagó la noche como si nada.
Una voz amarilla que suena a campana rota,
precipita la despedida.
Me guardo tu risa en los bolsillos de la memoria
y te nombro guardián de mis renglones huecos.
A cambio solicito heredar la ternura si algún día te estorba.
Las horas apedrean el reloj de la Torre de los Guzmanes.
Amanece.
…Y el sueño no vino, a pesar de oír mi Nana del Agua.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Relato de jueves: "La banalidad del mal"



La sangre, puzzle impreciso, no delata el paisaje de la realidad.
Aquella mañana despertó con el cielo desteñido.
Su cielo, ese que él le había grabado a golpes la noche anterior.
Desde la cárcel de sus pestañas pudo ver el limitado mundo de la felicidad. El muro que custodiaba su libertad, se había vestido de fiesta.
Escrito con el color indeleble del miedo pudo leer “Perdóname”
La autopsia no reveló que le amaba.

jueves, 28 de julio de 2011

Relato del jueves: "Vivir en las nubes"




Un día de éstos tendré que cambiar el espejo.
Desde hace un tiempo, cuando me miro, no me reconozco.
El pelo se me ha vuelto blanco y de aquel contorno perfecto, los rasgos exóticos, el perfil de mi sonrisa, no queda nada.
Mi hija dice que son los años (los míos, no los del espejo) y que eso no puede cambiarse.
El caso es que cada vez atino menos con el carmín rojo que se me fuga por las diminutas grietas de mis labios (se me han formado de tanto callar) y los ojos, han pasado del verde gatuno al pardo triste, sin lucecitas. Algo he ganado, si. Ahora puedo mirar de frente sin que ninguna frontera me disuada.
Se me ha quedado pequeño el azogue, reboso por las esquinas (es de mala educación llamarme gorda) pero curiosamente han crecido a la par mi sentido del humor y mi trasero.
Me miro los zapatos, me hicieron creer que mis pasos eran un puro trámite hacia el fracaso, pero no. He jubilado el tacón de aguja, ese que enmarcaba mi contoneo perverso, y me he pasado al bando humilde de las alpargatas de esparto. (Más cuento que Cenicienta) El caso es llegar…

Y hablando de llegar, llego tarde. La maquilladora, la estilista, el responsable de atrezzo. Hoy se ruedan exteriores. Hace frío aquí en las nubes. Las luces se quedan a mitad de camino de la mentira que nos cobija.
Nada es lo que parece. Mi nombre es Amadora y soy la señora de la limpieza.
La vida está trucada.
Definitivamente un día de estos tendré que cambiar el espejo.
¡¡Acción!!

miércoles, 27 de julio de 2011

Vicio confesable



El cristal tamiza a veces la luz rara del atardecer y un distorsionado sol se mece en los restos de las botellas como si fuera un naufrago.
En las estanterías de su memoria se apilan con doloroso orden los amores fracasados.
Bebe para recordar.
No sabe que hacer con tanto silencio.

jueves, 14 de julio de 2011

Relato de Jueves: "Un lugar en el mundo"




Siempre había sido muy organizada con sus cosas. Esta vez no atinaba a guardarse todos los sueños en aquel espacio tan pequeño.
La maleta hecha y la vida deshecha esperando, como las mareas, una luna propicia.
Tiene una caracola con un mar encerrado que le susurra al oído, ¡ven, ven, ven…!
No había noche lo suficientemente negra para ocultar sus pasos y trazó el viaje en el mapa imaginario de sus brazos.
Ese laberinto de dos calles, la de ida y la de vuelta, intransitables al mundo, confluyen en una promesa.
Será por eso que le dijo: Vente vacía, no arrastres tu equipaje, ni tu perfume, ni las fotos sepia de tu caja de latón, llega vestida de futuro que aquí tienes mi casa y mi mundo; tu lugar.

jueves, 7 de julio de 2011

Relato de jueves "Queridas palabras 2"



(Un relato utilizando mis diez queridas palabras de la convocatoria anterior)


Tuvo miedo cuando su aliento talló el cristal del espejo. Su adiós segó el aire del patio y aprendió a morirse poco a poco, como la sombra de la aspidistra.
En el reloj de su espalda se pararon los días descontando las caricias, ahora sueña una cuna donde el deseo de los amantes germine…
Parió sola. La luna contada nueve veces, se recostó en los tejados, el solano trajo el rubor del trigo, estalló el llanto en una mirada violeta y le esperó el resto de su vida.
Nunca más volvieron los titiriteros al pueblo.

sábado, 2 de julio de 2011

Relato de Jueves-sábado "Queridas palabras"



-Diez palabras sacadas del Diccionario Particular de Rosa Desastre-



Espejo: Pincelada de miel para sonrisas rotas.

Solano: Susurro del sur donde arden los veranos.

Caricia: Brújula que confunde la geografía de mi centro.

Silencio: Laberinto de yedra por donde trepa la duda.

Cuna: Abrazo sin coartada para dormir al amor.

Amante: Cábala incompleta. Uno, mas uno, todo.

Titiritero: Caja de música donde viven los corazones de madera.

Aspidistra: Grieta verde por donde respira la cal de mi patio.

Reloj: Cuchillo de tiempo que graba iniciales en la corteza de los días.

lunes, 27 de junio de 2011




"Porque todo el mar no cabe en una caracola,
tanta mujer se derrama en estos versos.
Sirena de cualquier viento,
salina seca"

jueves, 16 de junio de 2011

Este jueves, "palabras para una imagen"



Como un lienzo pintado, la mañana,
a pinceladas rotas se abre de par en par ocupando la ventana.
Entrecierro los ojos buscando un perfil entre los verdes,
un trazo de tu ausencia en la lejanía,
un azulado junco que sobreviva añorando los charcos.
¿Qué color tiene el dolor?
Cada amanecer es un borrón de luz derramado en la paleta.
El horizonte se desviste y se entrega.
Ven, llegarán enseguida los gorriones a pactar una tregua con la tormenta.


(Estare todo el fin de semana en un encuentro de poetas en Avila, pasare por vuestros blogs a partir del lunes)

jueves, 9 de junio de 2011

Relato de jueves "Los Pies"



Había cosas que no tenían arreglo. Mis pies por ejemplo. Feos hasta doler.
Pensé exibirlos en un circo y para eso me entrené sometiéndolos a posturas grotescas. Escribía y pintaba con ellos, me contorsionaba hasta persignarme con el pie, cosa irreverente según mi madre, que me hizo desistir de mi sueño de artista.
Fui una adolescente guapa. De ese modo, quien me miraba a los ojos o un poco mas abajo, nunca llegaba al espectáculo de mis extremidades inferiores.
Me casé con un snob. Un partidazo.
Hace unos días me sorprendió con un regalo. En la caja decía “Garra Rufa” y el azar, caprichoso o inepto cambió las etiquetas en el momento mismo del embalaje.
Las crías de piraña no entendían de Ictioterapia y se limitaron a hacer lo que sabían.
Ahora tendré que donar mis zapatos a “Absurdos sin fronteras”

viernes, 3 de junio de 2011




No, no, no es necesario, -decía la Mandamás-, no es necesario que tengan que participar todos los niños. Además Hilario, que está en su silla de ruedas, entorpecería la obra, el no entiende, no habla y constantemente grita y se le cae la baba, no será agradable ni lucido que ocupe un lugar en el escenario. Usted elija a los más listos, procure que los niños salgan guapos y que sus padres guarden un buen recuerdo de la fiesta de fin de curso…
Salí de aquel despacho como quien huye de la guarida de una alimaña. Vomité el desprecio sin palabras y no quise llorar. No es papel relevante para una profesora de teatro.
Los ratos de ensayo fueron un regalo. Perdí cuatro kilos y gane los besos más sinceros de aquellos niños que jugaban muy en serio a ser actores.
Hicimos nosotros mismos los decorados y los ropajes que conformarían las cuatro estaciones, la gente del pueblo, un narrador y un Rey.
Veintitres alumnos, todos guapos, todos listos, todos protagonistas ante unos padres orgullosos.
Hilario llevaba una corona de papel de plata, pero su entusiasmo era de oro. Limpió su baba con la manga del traje real y gritó de alegría viendo como le rodeaban sus súbditos.
Fue un éxito.
Afortunadamente, las alimañas no salen en las fotos.

martes, 31 de mayo de 2011



Mi gato y tú os pareceis.
Sois libres, pero volveis a mi regazo cuando os faltan las caricias.
Cuando se va.... o te vas.... callo sin esperar el regreso.
Si me miran sus ojos glaucos, no se lo que piensa.
Cuando tú me miras, sé. De sobra sé.
Por eso muerdo el perfil de la luna si sonries
y alargo el deseo hasta la noche sin dueño.
Luego ahogo mi maullido en la almohada mientras él
se aleja sigiloso por los tejados.
¡Que manera de querer, la vuestra!

martes, 24 de mayo de 2011

Relato de jueves: "Tres personajes en busca de una historia"



La herencia

El traje de Sebastian olía a alcanfor, las solapas raídas, los botones de la chaqueta desigualados, y en el bolsillo un pañuelo doblado en cuatro partes de aristas amarillas.
Cecilia, también había sacado de su armario las mejores galas, aquel vestido floreado que estrenó en su tornaboda y que hoy le estallaba en la cintura.
La ciudad los engulló a penas bajaron del tren. Las calles tan largas, la gente tan de prisa, las casas tan altas… allí les había citado el notario para entregarles una herencia.
Habían hecho cábalas y de las cábalas, preguntas y de las preguntas, dudas.
Se negó. Mil veces se negó y por no transgredir la norma, puso su huella dónde decía “firma conforme”.
Volvieron al pueblo con el camello.

lunes, 9 de mayo de 2011





He comprobado que los cerdos no vuelan. Era esa una asignatura pendiente que me fue arañando las vísceras hasta sangrar por la voz.
Le grité mientras caía.
Asomada al balcón, noté como el viento ejecutaba una danza macabra sobre mi pelo y desde el entramado intermitente, me dejaba entrever su vertiginoso viaje hasta el suelo.
Le grité mientras el eco rebotaba de uno en uno por los once pisos que nos separaban.
Como siempre, no me oyó.
Aquello, evidentemente no fue un efusivo abrazo.
Pensaría que le amaba, seguramente.
Le grité, le grité, le grité… para sacarlo de su error.

jueves, 5 de mayo de 2011

Relato de jueves: "Comida"



(Disculpad si mi relato no encaja exactamente, pero se me vino a la memoria y retrocedí mas de cuarenta años para contaros esta historia real)


Se limpiaba el sudor con un pañuelo de yerba mientras espantaba a los chiquillos que, curiosos, metían las narices en sus pertenencias mientras él, descargaba y montaba los guaytomas.
Viejas y descoloridas cunitas daban vueltas de reclamo hasta que alguien se decidía a comprar un billete.
Cada año llenaba la plaza de colorines y acudíamos a ponernos en fila para ser los primeros en volar más allá de las acacias.
Desde mi ventana podía ver el improvisado hogar que montaba a la espalda de la atracción, una casa con cuatro lonas, cuatro palos dónde colocaba el camastro, bajo éste, una palangana y una caja de cartón con su ropa. Un infiernillo de petróleo y dos peroles para cocinar, una lámpara de carburo para alumbrarse, la manta del perro, la trompeta y un espejo.
La primera noche cenaba de la escasa caridad de los vecinos. Vi como cortaba un trozo de tocino sobre un morrongo de pan y las pocas migajas las relamía el perro, pardo y flaco, atado a mi reja.
Por la mañana, se oía, aún adormilada, la melodía de su trompeta alertando a la calle.
En mi mesa había un tazón de leche calentita, tortas de aceite, algo de fruta, miel y chocolate negro. En su mesa, zurrapa de cebada tostada, sobras de manteca rancia que untaba en las cortezas duras.
Yo tenía de todo menos hambre…
Los niños le llamábamos “Tararí”.
Las vueltas que da la vida. Guaytoma destartalado en la plaza de mi memoria.

martes, 3 de mayo de 2011




Resquebrajado como piel de tambor, un hombre cualquiera
marca el eco de otra piel en mi piel.
El deseo como un látigo, me deja heridas sin voz.
Esquina de tiempo dónde la vida aguarda
el paso de los relojes ciegos.
A quebranto sabe el silencio de la campana rota,
Un nombre cualquiera escrito en la umbría,
garabato indeleble que habita en los escombros de la memoria.

domingo, 1 de mayo de 2011

Detalles





Se que nunca te has fijado a dónde van, cuando al anochecer los persigue la luz hiriente del faro.
Cegados, se escapan entre los dedos del agua y se dejan morir en la otra orilla…
A quien le digo yo, que me crea, que inundaron mi espejo.
Dejé de mirarme el día en que descubrí en tus ojos, la sonrisa amarga de los peces.

miércoles, 27 de abril de 2011

Relato de jueves "Noches de radio"




-Radio Boreal, son las tres de la madrugada, les habla Ro Dorado desde el 95.5 del dial, al filo del programa “Extraños de papel”-
Levantó la mano mirando al cristal y al otro lado entre vinilos, Federico, pinchaba la melodía que daba paso al programa. La sinfonía 101 de Haydn llamada Del reloj.
Íntima, repasaba el guión, inventaba la vida de los anónimos protagonistas elegidos de entre cientos de cartas. En los escasos tres minutos que duraba la música, ponía rostro a los renglones. Luego, su cálida voz arroparía la soledad multitudinaria de los del otro lado.
La taza de café, aliada en la tarea para disuadir al sueño, sabe del temblor de sus manos, sabe de la helada costumbre de perderse tras el humo mientras la noche le parcela el dolor.
Al reloj de Haydn le sobra tiempo. Ella sin embargo, mendiga al alba los últimos minutos.
No, no quiere llegar a su casa, a la rutina, a la felicidad de la tela de araña, al silencio, a la mentira que tiñe de desamor las paredes de su cuarto.
-Amanece… Desde Radio Boreal, Ro Dorado se despide colgando en las ondas besos de sol. Nos oímos mañana, cómplices, extraños de papel…-
Federico se quita los auriculares dejando a medias una canción.
La vida en la radio no se detiene.

jueves, 10 de marzo de 2011

Un relato para el jueves "Ella"


Ella

A mi hija le da miedo entrar en la sala cuando ya la tarde deja sombras en las ventanas. Ella está ahí, en la foto sepia.
A mi bisabuela María nadie la enseñó a sonreír. Majestuosa, apoyada en la silla de madera negruzca, el pelo tirante recogido en un moño, festivos zarcillos oscuros como el resto del atuendo. Triste, taciturna, seria, la sigue con la mirada.
Parió dos hijas y éstas a su vez, otras dos cada una.
Mi abuela llevó en su ajuar la fotografía de la matriarca, herencia obligada por ser la mayor. Sobre el cabecero de la cama se alzaba mayestática su presencia, vigilándolo todo.
Cuando mi madre, la primogénita, se casó, pasó a ser la dueña del retrato y éste presidió el comedor. Nunca llegué a acostumbrarme al regusto amargo que dejaba su presencia en las sobremesas.
Yo comía poco y me crié endeble como un junco, aún así fui capaz de perpetuar la especie dando vida a otras dos mujeres según costumbre en la rama familiar.
No pude negarme, cuando llegado el momento, debí recoger el testigo y dar un lugar preferente en la sala a la dama sin sonrisa que dirigía nuestro destino.
Mi hija será la siguiente en disfrutar la herencia si es que yo me empeño en morirme, pero me voy a resistir para liberarla de la carga…
He oído que mi nieta le decía a su madre: -La abuela chochea, ha llenado la sala de mariposas descoloridas-
Están hambrientas. He calculado lo que tardarán las polillas en engullir el luto y el rictus de la bisabuela María. Exactamente las horas que faltan para que amanezca.
Mañana todos seremos unos felices pobres desheredados, sin paredes dónde clavar alcayatas para colgar miedos.

domingo, 6 de marzo de 2011

Diario




Se ajusta a los renglones de la libreta.
Junta tanto las palabras que a veces no dicen.
Escribe para sí y borra la historia que hay más allá de ayer.
Pero por más que lo intenta, no pasa página.
La tinta atraviesa los días que son tan iguales,
los ensarta de gris en gris,
y duelen tanto
como el collar prestado de los domingos.

martes, 1 de marzo de 2011



No me esperes esta noche.
Echa la llave dos veces,
Apaga la candileja,
Cierra los visillos del todo,
deja la azalea al relente.
No me esperes ni despierto ni dormido,
No calientes mi lado de la cama,
Llegaré tarde… y cuando digo tarde,
Puede que sea nunca.

jueves, 24 de febrero de 2011

World Builder... el constructor del mundo





El barro delator se queda en su ropa, en las uñas y en el flequillo, cuando por apartarlo de la frente, se unta el légamo con el dorso de la mano.
El agua, aliada de esta contienda, se lleva la mitad de la tierra al fondo, la otra mitad lava sus ojos inquietos.
Cada tarde guarda con cuidado las figuras en una caja hecha con juncos y eneas que crecen a la orilla del rio.
No hay prisa, él es aún muy niño y el mundo que construye sólo le hará falta cuando sea un hombre.
A los constructores de ilusiones nadie los avala, a los hacedores de sueños tampoco, a los niños que ensayan una vida nueva, menos aún.
Ya se que dirán que es imposible que entre la luz por las ventanas de barro, imposible que de sus árboles de barro se recojan frutos, que a sus plazas y calles de barro no llegarán los gorriones.
Le dirán que alumbra poco su sol de barro y que a los chopos les falta la plata en sus hojas, ¿que sentido tienen las flores de barro? dirán.
Cosas de niños.
Con sus manos de hombre siguió modelando auroras, parceló el mar, sembró amigos, borró palabras del diccionario, abrió la cárcel de las mariposas…
Crecieron los vientos y los años hasta que su mundo de barro se le escapó de las manos.
Hoy vive rodeado de escombros del ayer y algunas veces, como si retirara el flequillo, se unta de recuerdos la frente y se le escapan los sueños a la par que las lágrimas.
No, a los enfermos de Alzheimer no les dejan jugar con el légamo.

domingo, 20 de febrero de 2011

Grieta sin voz



Me duele el ruido del agua,
el éxodo del barro cuando tus pies llegan.
Me duele el trasiego de las hojas sin invierno,
la soga que te ata a los amaneceres.
Me duele tu voz de junco, tus ojos hueros,
el temor, la duda, la costumbre.
Me duele la copia inexacta de tus caricias,
la nausea del tiempo que nos desviste.
Me duele el cauce irregular de tu sangre,
el grito, la tregua, la indiferencia.
Me duele,
cuando los cuencos de viento rebosan
sobre la grieta sin voz de mi desdicha.

martes, 15 de febrero de 2011

Amor en un minuto



Esta mañana me llamaron de la Cadena SER, Madrid Sur... Fue un regalo.
Y aqui estoy, ganadora del primer premio de relato breve "Amor en un minuto"
Mi pequeña historia es esta:

-El sonido del silencio-

Me tiemblan las manos mientras busco la agenda en mi bolso revuelto.
Deposito las monedas en el teléfono con el mismo miedo y la misma ilusión de quien las arroja al pozo de los deseos esperando con ansiedad que se cumplan.
Dos tonos... tres, cinco... Cierro los ojos al oír su voz saboreando cada palabra.
Espero una caricia de amor que le sobre, porque sólo soy dueña de su sueño a deshora. ¿Si? ¿Diga? ¿Quién es?
Callo.
Muerdo la rabia de ser “la otra”.

jueves, 10 de febrero de 2011

"Besos" para el relato del jueves



Veo caer todos los minutos desde el reloj de pared.
La noche, ese mercado de sueños, donde se pone el amor en venta,
se abre de par en par y me incita a buscarte.
Mis manos, cuencos de oscuridad, mendigan la luz de tu deseo.
En el umbral del alba muerdo tus besos para saciar mi sed.
De canela es el perfil de tu boca.
Me embriaga respirar tu sabor de mar mientras pones en mis labios mariposas de miel.
¿A que saben los besos azules?
Amaneces en mi almohada y ya no se cuantos besos de amapolas te debo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Despedida





Sale a borbotones. Una silente historia se derrama entre mis dedos, baja escandalosa tiñendo mi geografía.
La sangre nunca fue mas libre, nunca reguero tan caliente me dio escalofrío.
Ya es tarde.
La cuchilla se atranca en la piel.
Ahondo sin dolor alguno apartándome de estas orillas. Mañana, por primera vez serás tú quien friegue el piso y lave la ropa, y no me importará si apartas mi cuerpo como a un estorbo.
Coseré tu conciencia con el último hilo de vida que me quede para que la felicidad no encuentre ni una rendija donde anidar después que yo me vaya.

jueves, 3 de febrero de 2011

Este jueves: "Sentencia"




Te acuso

Fue ayer que te inventé.
Pero hoy, a los pasos contados,
a la luz incontrolable de la distancia,
a los amargos dedos de la caricia,
te acuso.
Que te condenen mi juez de tinta,
mis trozos,
mis hojas desordenadas,
mis puntos suspensivos...
Y en una cárcel sin renglones, te encierren,
olvidado y roto
los guardianes inclementes de mi indiferencia.


(ahora os dejo otra clase de sentencia)

"Tu eres a mi sosiego, lo que al pecador la conciencia. O sea, una molestia"

miércoles, 26 de enero de 2011

Relato de jueves: "Imagen disparadora de musas"



Tengo que hilvanar cada detalle, vestir al invierno con retales de fiesta y creerme que el gris instalado tras la ventana es sólo el capricho excéntrico de un artista, que mañana, resquebrajada la pintura, lucirán los anaranjados que anteceden a la felicidad.
Angustioso ajetreo tiene la calle, historias sin rostro se esconden en los portales mientras el hormiguero discurre patético sin saber a ciencia cierta a dónde va.
No entiendo el susurro de la soledad poblada.
Ni el viento. No ha venido ni el viento a bailar las banderolas.

domingo, 23 de enero de 2011

La cinta métrica






En mi bolso, desde hace unos días hay un objeto que se hace indispensable.
Desentona con el resto de cachivaches, usuarios perpétuos como el perfume, el carmín, el espejo, la agenda, el tarjetero, las llaves, el móvil, las gafas o el tabaco. Pero salir de casa sin ella es como salir sin bragas.
Cual sierpe hibernando en la caja de herramientas, pasó a ser la princesa despierta por culpa de un decreto.
No, no es para medir el tiempo, ni la cola del autobús, ni la distancia entre dos amantes.
Jueza de pleitos callejeros, se desenrosca descarada para darse a la ley.
Mi cinta métrica es sólo para saber a qué distancia estoy de no delinquir cuando me encuentre en un espacio abierto sin temor a que me agredan los valedores de las buenas costumbres.
Vivo, afortunadamente, creo yo, en un espacio bien dotado de las mejores infraestructuras, todo a dos pasos: hospital, maternidad, colegios, parques, guarderías, estaciones, tanatorio... y todo gracias a mi pequeña aportación de impuestos como ciudadana de bien.
Pues bien, bien, bien ¡que me tienen fichada por suicidarme poco a poco con la nicotina!
Al parecer no vale morirse de placeres efímeros, eso no es rentable para el gobierno.
Estoy pensando en apuntarme a borrachos anónimos que no está penado y aunque drogata, al fin y al cabo, bamboleante por la acera, podre recostarme en la puerta misma de un hospital sin que mi asqueroso vicio contamine, podre transitar los parques sonriendo bobalicona a los peques de los columpios aunque apeste a ginebra.
Sopesar que sale mas caro, si un trinki de aguardiente o una multa por encender un pitillo en la parada del 14. No sé, no sé.
Relío redondita mi cinta métrica, ¡que lío! a cien metros de no se dónde, a cincuenta de no se de quienes, a otros cien de ninguna parte uffffff, que gasto inútil de kilometraje.
Al guardarla, tropiezo con la barra de labios, me pinto de morado la sonrisa, observo mas acentuadas las rayitas que bordean mis labios, el código de barras, que dicen los entendidos. Al final va a resultar verdad eso de que el tabaco envejece.
¡Vieja! No me había dado cuenta, creo que ya soy lo suficientemente vieja como para entrar en un asilo y alli si, alli se puede fumarrrrrrrrr.
Es por mi bien, ya lo se, me dicen los de la liga “anti cosas”.
¡Que bien huelen las flores, que armonía de sonidos sin las tos molesta de los apestados en los cafés, que delicia el tintineo de las cucharillas en las tazas, que blandito y rosado un pulmón sin alquitrán!
Llego a mi casa, cuento los ceniceros y las colillas. Cadena perpétua por lo menos.
Enciendo un cigarrillo. Placentera idiotez mis circulitos de humo.
Sonrio a salvo.
Miro por la ventana... El mundo sin fumadores es igual de jodido.
Me está matando el reúma.
Corramos un estúpido velo.

jueves, 20 de enero de 2011

Antidepresivo



Por aquello de que ir de compras aleja la depresión, mi hermana y yo nos fuimos de tiendas.
Esta vez nos alejamos del barrio, nos permitimos el desliz de irnos a la zona "rica" de la ciudad, a esos sitios dónde te cobran solo por mirar los escaparates.
Tuvimos el trevimiento de no ir adecuadamente vestidas, el atrevimiento de entrar a una de aquellas boutiques a curiosear... Se debia notar mucho que no eramos de la "jet" a juzgar por como nos miraba la dependienta. ¡Que digo mirar, nos estaba fulminando!
Pinta de delincuentes no tenemos, os lo aseguro, pero nos hizo sentir como si fuesemos dos elefantes de lunares rosa (que glamourrrr)
En una de aquellas idas y venidas por la estanterias mirando las prendas, se me ocurre preguntar el precio de un vestido. La chica, con el mas absoluto desprecio nos dijo: "Es caro, es que es de firma"
Por no ponerme a su altura, eche mano del sentido del humor y le contesté: "Aaaahhhhh, ¿y yo pa que quiero un vestido firmao, si no se ni leer?
En fin....pobrecilla, no sabia donde meterse y mi hermana y yo llenamos de carcajadas las calles pijas.

miércoles, 12 de enero de 2011

Relato de Jueves "Historias calentitas"



A sólo cien metros se encienden las lucecitas rojas de la Casa Turquesa.
Esta noche, como otras, la escarcha talla caprichosas figuras en los cristales.
En la acera de enfrente, entre cartones, emulo el parpadeo del neón y me desnudo lentamente detrás del humo de un cigarro.
El infortunio podría ser el nombre de un grupo de jazz de moda. Pero no.
El infortunio es sólo la música de los desheredados.
Danzan mis dedos hasta transformarse en un gesto pedigüeño.
Tiemblo de verguenza.
El borracho de los miércoles deja un billete arrugado en mi bolsillo.
Aquí no paga impuestos por cada caricia.
Me babosea, me toca, me posee, me usa, me hunde, me humilla, me olvida...
En la Casa Turquesa, las putas no pasan frío.