jueves, 23 de agosto de 2012

"Fotografía inspiradora para relato de jueves"



Que digo yo, Manolo, que si le gustará a tu madre el regalo…
Manolo como si oyera llover, hace figuritas con el humo de su tabaco de contrabando.
Pronto llegarán al puerto, a penas se pare el bamboleo de este cascarón de lujo, volverán a ser los vecinos anónimos en el bloque de pisos de protección oficial.
Mira el mapa de abordo marcando el itinerario de vuelta con el dedo de negar.
La Gordi ensaya una reverencia para impresionar al capitán en la cena de despedida, luego, a penas a tres pasos, su casa, su ventana que da al norte donde hasta los geranios de plástico se mueren.
Envuelve la taza cuidadosamente. Verona se escapa entre los pliegues de celofán…
No todos los días le toca a una un viaje con los puntos del yogur de macedonia desnatado.

domingo, 19 de agosto de 2012




Me voy.
Atravieso la calle con la maleta llena y la vida vacía.
Me cansé de estar detrás de los visillos alimentando las horas con las sobras que, famélicas, acabaron muriendo al borde del minutero.
Seguiré escribiendo sonetos a los que siempre le sobrará un verso, torpe aprendiz del vuelo de las palabras, pandorgas sin hilo prisioneras en jaula de oro.
Atrás queda el amante inconcluso de mis noches de hastío, semental huero para preñar mis sueños, última página del libro contable dónde figura el desfalco de las ilusiones escrito con besos indelebles.
Al otro lado de todas las puertas, cuchichea la rabia y la sombra de las tapias es como una guadaña que me despedaza.
Me voy.
Mi huída es aireada al sol como las sábanas de un ajuar prestado.
Arrastro la luz de las aceras desnudando la piedra, la felicidad brota a destiempo como girasol de enero.

viernes, 17 de agosto de 2012

Derretirse en Sevilla...



Acabo de llegar de las vacaciones.
Anoche guardé en mi maleta tres olas,
la canción del terral,
las huellas de quien no regresa a ninguna parte...
Hoy el termómetro cruel marca 44 grados.
Deshago mis días de sal,
recojo cenizas de sol.

jueves, 2 de agosto de 2012

Relato de jueves: "El tiempo del tiempo"




La llevan, se la llevan.
Chirrían las ventanas, el aire forma remolinos en el jardín y en la memoria. Anochece en todos los relojes.
Cuando el sol se esconde, Gabriel hiere la corteza del árbol con una nueva señal, la savia baja silente dejando un gong de melancolía que solo es audible en la soledad de los desheredados.
Y sin embargo la vida no se detiene, las risas de los otros, los pájaros, la oración en voz alta, la letanía, los oídos sordos…
La llevan. Se la llevan y le ahogan el grito quitándole el derecho de echarla de menos.
-No alborotes a los demás- le han ordenado. Llora el sauce.
El tiempo atado al cuello abriga su sollozo, mientras en el crisol de sus ojos se le funde la vida y rebosa…algunos lo llaman lágrimas.
Un día sucede a otro, dicen. Se le ha olvidado contar.
La llevan. Se la llevan. Era su compañera.