jueves, 31 de enero de 2013

Este jueves...hablar escribiendo






 Jacinto la espera sentado en un rincón de la sala, las gafas a mitad de la nariz, sobre la mesa un lápiz y una goma de borrar, papel blanco donde caligrafíar sentimientos y un sobre cuyo destinatario se sabe de memoria.
Como cada jueves desde hace ya veinte años, Amalia llama a la puerta con la misma cantinela: ¿da usted su permiso? Y Jacinto  abre el portón que también desde hace veinte años, chirría.
La hace pasar y agradece, como siempre, la generosidad  de unos dulces.
Frente a dos tazones de café negro,  se cuentan los achaques  retrasando inconscientemente la tarea que los reúne.
Se reconocen en cada surco de la vejez, cada silencio, cada arruga del tiempo compartido, cada queja, cada soledad.
Jacinto escribe mecánicamente la fecha y el encabezamiento de una carta, bajo la atenta mirada de Amalia.
“Querido Benito, dos puntos, -lee- Y ahora, dime, Amalia, ¿qué  más?
Y yo que sé Jacinto, yo no sé decir las cosas bonitas, tu cuéntale  cómo despuntan las flores de los granados y que la vaca  se está quedando seca, que el vendaval se ha llevado las cercas del molino y que si no llueve por San Blas se perderá la cosecha de garbanzos.
Dile que se me ha muerto “la Grilla” esa perrita que abandonaron en la vereda  y que se crió junto a la niña Manuela.
A Manuela la pretende un muchacho de buena familia y esperan tu regreso para apalabrar matrimonio.
Dile también…
¡Ay quien supiera escribir!  ¡Quien juntara tan bien como tú el abecedario! Dile…que ya es tiempo de volver, que vuelva, que vuelva, Jacinto.     

Jacinto emborrona un beso y concluye: sin más que decirte, se despide, esta que lo es…”
-El próximo jueves, serán una semana más viejos-

martes, 22 de enero de 2013

Una sonrisa para el lunes







  Hoy me he mirado al espejo.... ¡¡es pa reirse!! ¿o no?









jueves, 17 de enero de 2013

Relato de jueves





El vestido nuevo quedó sobre la silla, el puchero en la lumbre, los visillos danzando  al aire de mayo, las ventanas de par en par, la mesa puesta, la ropa recién planchada, alerta  los geranios, las sábanas se oreaban en aquel sordo y plomizo jueves.
El reloj de pared  sólo dio una campanada…  
Entre los cordeles fue tendiendo el silencio  de su realidad hasta que se quedó desnuda de razones, a medio metro del suelo,  justo la distancia que separa la felicidad de la mentira.
El grito púrpura y los porqués, siguen resonando en mis pupilas.  

(Difícil para mí el tema de este jueves. No quería…pero os he relatado los últimos minutos de una amiga que decidió irse.) 

miércoles, 9 de enero de 2013

"En honor de nuestros mayores" Relato de Jueves, homenaje a mi madre. (reposición)






-Arrugas de pan nuevo-


Sentada en la puerta de su casa, deshoja sin prisa el verano mientras se abren surcos  de sol en la tierra de los geranios.  Es julio, este julio que respira calima y jazmines a partes iguales, proporción con reminiscencias árabes que tan bien se amasan en la memoria de  sus  años. 
Aún firmes, sus pasos comienzan al alba, -ella duerme poco- será que quiere exprimir la vida despierta, sazonar  de canela los días, dejarse las penas en la molienda, y lucir sus arrugas de pan nuevo para calmar mi hambre.
Se  prepara el café en la mañana, el gazpacho al medio día y los dulces en la merienda. (A veces pienso que el delantal  atado a su cintura anciana,  está hecho de retales de luna, de tan blanco)  
Borda flores en los manteles de sus nietas,  canturrea mientras barre la calle antes de colocar su silla, como una invitación al descanso, a la tertulia, al consejo, a las confidencias….
Presumida todavía, (herencia que me dona a mí, en vida) se pinta los labios,  coloca unos jazmines en el pelo, los zapatos nuevos, los zarcillos de fiesta y el abanico…  la casa y la sonrisa de par en par, las manos llenas…
Tiene  un baúl lleno de defectos -dice-,  alguna manía, alguna queja, alguna lágrima y el vacío sin puertas que dejó mi padre cuando se fue.
Tiene, por eso,  guardadas, algunas recomendaciones  para  la muerte.
Sólo le preocupan dos enemigos condicionales: La soledad y  el invierno.
A poco que pueda… seré yo quien pueble su soledad de ahora en adelante. Pero los inviernos… me faltarán bolsillos dónde guardar las lluvias, me faltarán veletas en los dedos para parar los vientos,  me faltaran rescoldos para 
calentarle el alma.
No se yo…. Si podré pagarle de algún modo que me diera la vida.


                                                                                                 

María, mi madre. Tiene casi 95 años. La foto está hecha el dia 31 del 2012. Guapa ¿eh?

viernes, 4 de enero de 2013

Simulacro de amor





Vino con el primer vuelo
a la herida  de luz que traza  el horizonte,
Vive al borde de mi acequia
con la sed de una mariposa enjaulada,
atado a mi latido como una cometa,
candileja en el hueco de mi umbría.
Llegó náufrago, a mis sueños de arena,
ugüento de sal para curar silencios,
simulacro de amor, mi amor,
tendedero de golondrinas, mi boca
donde se secan las palabras que nunca le dije.
Generoso dolor, el suyo,
que calla al mundo  mi mentira.