jueves, 28 de julio de 2016

Este jueves...La historia que se esconde tras el balcón


(Foto de Leonor Montañes)


Cuando los niños apedrearon el balcón, agradecí la música de los cristales rotos, la bocanada de anochecer que traspasó el umbral, el levante hurgando por los rincones…
Aquí huele a olvido, la tristeza sin visillos  traspasa los días, todos los días sin respuestas soportando las historias de mi historia sin poder corregir los renglones torcidos.
Es triste ser tan sólo la sombra de la duda, la tela de araña que divide las estancias del recuerdo, el hilo que zurce la culpa, el tumulto de los silencios, el crujir de la madera que nadie entiende, la muerte que anida en la carcasa de un reloj sin horas… Todo eso soy yo, todo cabe al trasluz de una leyenda.
Mi nombre está escrito en el polvo de los huecos pero nadie lee entre líneas.
Nunca supo la familia Lazaga que yo habitaba la memoria de aquellas paredes blancas,  que me quedé formando parte del quejido del invierno, del olor de los jazmines, del eco del aljibe, atrapada en los barrotes del balcón entre la cal y el tiempo, respirando al unísono con el miedo de los niños que creen en los fantasmas...
Hoy los jaramagos han echado raíces en las grietas. La casa se derrumba.

Qué silencio hay en la calle… 

jueves, 21 de julio de 2016

Este jueves: ACCESIBLE VERSUS INACCESIBLE

-Ella es mi prima de la que me siento muy orgullosa. Os dejo parte de una entrevista  que hizo  ABC-


María José Moya: «Sin piernas, yo bailo con los ojos, con el alma, ¡con todo!»

«Si había enterrado el sueño de ser actriz, ¿adónde iba a llegar con el baile? Pues hoy sé que si deseas algo con la suficiente fuerza se cumple». «Yo soy coja, y ahora ni eso, porque voy en silla de ruedas, pero toda mi vida lo he sido. ¿Y para qué buscar otra palabra? ¡Qué complicado!»



Esta andaluza criada en Barcelona fue baloncestista paralímpica en Barcelona 92
Cuántas veces dijo «no será posible»?
-Con 7 años y muchas lágrimas enterré el sueño de ser actriz. Lo impactante fue que cuando el año pasado empecé con la danza volvió a aparecer la frase «ten cuidado con lo que sueñas». Yo ya bailaba, estaba haciendo los talleres de baile... Y eso estaba ahí. Llevaba siete años actuando en teatro amateurcon un grupo de Lleida, pero ahora sentía lo que es ser bailarina. Y si había enterrado el deseo de ser actriz, ¿adónde iba con el baile?, ¿cómo decir a mi familia que quería bailar? ¡Era el colmo! Pues hoy sé que si quieres algo y lo deseas con la suficiente fuerza se cumple el sueño. A mí me ha pasado.
-¿Qué le da la danza, la música?
-Vida. Es magia. Me encanta la frase «bailar es soñar con los pies». Pero también es analgesia, vitaminas...
-Y cuénteme, ¿cómo es la vida sin caminar?
-Es que si creces así ni te lo planteas. Con 18 meses me contagié con el virus de la polio. Había una gran pandemia y en España no se había instaurado aún la vacuna. Por mi enfermedad, mis padres decidieron emigrar desde su pueblo, cerquita de Sevilla, a Barcelona, que era donde me habían operado por primera vez. Allí me crié, conocí a mi marido y tuve a mis dos hijos. Intentas entrar en la vida laboral, y hablo de los años 70, cuando contratar a un cojo era aún más complicado, pero una vez que estás ahí empiezas a normalizarte, te independizas y no te cuestionas nada. Cuando tuvimos a nuestro primer hijo la familia se echaba las manos a la cabeza porque al salir de la clínica decidí irme a mi casa con mi niño y mi marido, que también va en silla de ruedas. ¿Y adónde creían que iba a ir, a casa de mi madre o de mi suegra a que me dieran sopitas? No, no, a mi casa y ya me apañaré. Tenía muy claro que tenía un hijo para ser responsable y no para seguir colgada de mis padres...

miércoles, 13 de julio de 2016





El reloj de cuco cantó las diez, o las cuatro, o las doce… se le olvidó al pájaro contar…
Lleva horas acariciándose el pelo de espaldas al espejo, se da miedo,  canta y olvida.
Es la misma nana de todos los días que cala hasta los huesos. Asomada a la ventana  troca  el aire por llanto y se olvida.
No acude a la llamada, su nombre y el eco ocupan la carcasa hueca de su mente, pero no responde y la olvidan.
Cada mañana yo recojo sus trozos, los voy cosiendo con mis besos para que no me olvide del todo.
Borrado está  mi renglón en su cuaderno, pentagrama de olvidos, nota muda.
No, no cuenta el cuco, seis, dos, once… malditas nueve letras. 

A-l-z-h-e-i-m-e-r.  

viernes, 8 de julio de 2016

Relato de jueves: Crucero





Ella  se dejó llevar, como siempre en su vida, dejándole al destino la responsabilidad de su tristeza.
Decir adiós desde la cubierta exagerando la alegría, posar desde el ángulo acertado en la foto del recuerdo y una vez pasado el horizonte, arrojar la careta al agua.
En la cubierta se han amotinado las estrellas. 
Las cuenta desde el rincón oscuro de sus preguntas. 
El silencio es un látigo que  ha roto el matrimonio  en mil pedazos.
Un intento más. No quieren darse cuenta que no hay hilo de sueños con que zurcir la rutina,  que desnudos de amor, no hay dónde alojar al  futuro.
Juntos se saben náufragos, juntos se tragan la certeza de éste último viaje.