sábado, 31 de marzo de 2018




                                                 El vigía de mi mueca triste


Hoy hace frío como siempre entre éstas cuatro paredes desde donde me custodias.
Un frío gris, como el que va dejando el grafito sobre el papel arrugado.
Tú, frente a mí, separados sólo por el aire viciado que envuelve el cuarto, el reino de un loco, creo. 
El que dibujó mi alma entre trazos de colores condenándome a ser sólo silencio.
Mi memoria no recuerda cuando fue el ultimo día de mi libertad, cuando dejó de entrar la luz en la ventana pétrea de tu mirada, para ser solamente el vigía de mi mueca triste.
Sin querer se van estrechando las paredes, me desdibujas la respiración y el arco iris del que estaba hecha, se derrama sin remedio.
La puerta chirría de vez en cuando, el pintor gris se asegura de que sobrevivamos al abandono y nos retoca alineando los trazos y los trozos de nuestras vidas.
Antes de irse de nuevo arrincona la silla a la mesa. 
La pared huérfana, el teclado mudo.
Tú y yo seguiremos enfrentados de por vida…o de por muerte. 

( las pinturas de Demiurgo, inspiraron éste relato)